La verdad sobre Católicos Romanos

El día de hoy una chica me preguntó si era cristiana, a lo que le respondí que sí y me atreví a preguntarle su religión, a lo cual ella me respondió que era católica pero que no era de las personas que sólo se aparecen en la iglesia en bodas, bautizos o fiestas, dijo que ella asistía y participaba en todas las actividades de la iglesia. Para ser sincera, me pareció un poco gracioso su comentario y no me resistí en comentarle que yo fui igual que ella. Sorprendida, me preguntó por qué lo decía y comencé a contarle que fui parte de una iglesia católica, en la cual serví por mucho tiempo... después me preguntó qué me había pasado que me hizo convertirme al cristianismo. Quise ser sincera con ella, por lo que le comenté que después de servir en esa iglesia comencé a preguntarme a mi misma el "por qué" de cada una de las cosas que se practican en el catolicismo y que yo le recomendaba que sin importar de qué religión sea, siempre se pregunte el por qué de las cosas y que escudriñara la palabra de Dios y así podría darse cuenta de muchas verdades.

Debemos buscar en las Escrituras para saber con seguridad cual es la verdad. Las Escrituras no son meramente escritos de hombres, sino que "movidos del Espíritu Santo, hablaron los hombres de Dios" (2 Pedro 1:21). "Toda la Escritura es inspirada por Dios" (2 Timoteo 3:16). "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán." (Mateo 24:35). Ambas, las Escrituras y la historia, confirman la autoridad y calidad de la Biblia. A pesar de que algunas traducciones son mejores que otras, todas son lo suficientemente apropiadas para su estudio.

A continuación explicaré unas de las muchas razones del por qué dejé el catolicismo dejando atrás las tradiciones de mi familia, uniéndome a la verdad del evangelio...



La Verdadera Iglesia


Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).
La iglesia católica romana ha interpretado la “roca” de Mateo 16:18 como referencia a Pedro, creando así la base fundamental para la doctrina de sucesión papal. Ellos argumentan que si Pedro es la roca sobre la cual se construyó la iglesia, y si los obispos de Roma son los sucesores de Pedro, entonces el papado continua siendo el fundamento de la iglesia.
Pero esto no es lo que enseña Mateo 16:18. El nombre “Pedro” fue un apodo que Jesús le dio a Simón cuando se conocieron (Juan 1:42). Proveniente de la palabra griega: petros (o la palabra aramea “Cefas“), el nombre de Pedro significa “roca” o “piedra”.
Cuando Jesús dijo: “Yo digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, él utilizó dos palabras griegas diferentes para diferenciar entre Pedro y la “roca”. El nombre de Pedro es petros, mientras que el nombre de la “roca” es petra.
Probablemente estos términos nos suenen similares, pero la literatura griega antigua muestra que en realidad se refieren a dos cosas distintas. Petros se utilizaba para referirse a una pequeña piedra, mientras que petra se refería a una base de piedra o a una gran roca utilizada como el fundamento (Mateo 7:24-25).
Así que, si parafraseamos las palabras de Jesús, el Señor le dijo a Pedro: “Y yo también te digo, que tú eres una pequeña piedra y sobre esta roca de base edificaré mi iglesia.” Jesús empleó un juego de palabras para enfatizar este punto tan importante.
Entonces, ¿a qué roca de base se refiere Jesús?
Mateo 16:13-17: Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Pedro era sólo una pequeña piedra parada sobre el cimiento de algo mucho más grande que él: la verdad de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. En pocas palabras, Pedro no es la roca sino que Cristo es la Roca. Y al testificar tanto Pedro como los otros apóstoles, la iglesia se fue construyendo en el fundamento de la verdad de Cristo.
Lo mismo es visto en el Nuevo Testamento:
En 1 Corintios 3:11, Pablo escribió que “nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. En Efesios 2:20, Pablo explica que Jesucristo es la piedra angular sobre la cual la iglesia está fundada por los apóstoles.
Incluso Pedro, en 1 Pedro 2:1-10, comparó a todos los creyentes a pequeñas piedras que forman parte de la estructura de la iglesia. A comparación, él habla del Señor Jesús (en los versículos 6-7) como la piedra angular sobre la que la iglesia es sustentada. Pedro dijo lo mismo a los líderes religiosos judíos en Hechos 4:11. Hablando de Jesús, Pedro proclamó: “Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.”
Aunque el apodo de Simón fue Pedro, él mismo entendido que la “roca” era Cristo. La roca sobre la que se construyó la vida de Pedro era la Roca de la Salvación, la Roca de Liberación, la Piedra Angular Principal y de la Roca de la Eternidad. Pedro dio testimonio de esta verdad en Mateo 16:16, el resto de los apóstoles dio testimonio de ella a través de sus ministerios y fue esta verdad que formó el fundamento de la iglesia.


El Papa

El papa es llamado "Nuestro Santo Padre". Vea la epístola del Papa Pio XII en la versión Nácar-Colunga de la Biblia donde el Papa es llamado "Nuestro Santísimo Señor". Vea el voto de los Cardenales Moreri, un historiador famoso dijo: "Hacer guerra contra el  Papa es hacer guerra contra Dios, considerando al Papa como Dios y  Dios como el  Papa." Decio dijo: "El  Papa puede hacer todas las cosas que Dios hace". El Papa Leon XIII dijo de si mismo: "El maestro supremo de la iglesia es el Pontífice Romano. Por consiguiente, la unión de las mentes exige tanto un acuerdo perfecto en una sola fe como la total sumisión y obediencia de la voluntad a la iglesia y al Pontífice Romano como al mismo Dios". El Papa Pio X dijo: "El papa no solo es el representante de Jesucristo sino Jesucristo mismo disfrazado en carne y huesos, ¿habla el Papa? Es Jesucristo quien habla". Una vez el Papa Pio XI declaró: "Saben que soy el Santo Padre, el representante de Dios en la tierra, el Vicario de Cristo, lo cual quiere decir que soy Dios en la tierra".

¡Todo esto es blasfemia! Isaías 44:8 dice: "No hay Dios sino yo." Mateo 23:9 dice: "No llaméis padre a nadie sobre la Tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos." Efesios 4:5 comunica: "Un señor..." Filipenses 2:11 imparte: "Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, a la gloria de Dios Padre". 1 Pedro 5:3 dice: "no como dominadores sobre la heredad, sino sirviendo de ejemplo al rebaño". 1 Pedro 5:1-4 imparte: "Yo, copresbítero".

Pedro se llamó a si mismo pastor, no papa. El rechazó honor (Hechos 10:25-26) diciendo: "Levántate, que yo también soy hombre". Los apóstoles disputaron acerca de quién era el más grande en el reino (Mateo 18:1), lo que indica que ni ellos aceptaron a Pedro como la cabeza de la Iglesia. La riqueza y el poder de los papas romanos podrían haber sido de Pedro o de cualquiera de los apóstoles. Ellos tenían el don de gentes; podían sanar y resucitar los muertos tanto como hacer otros muchos milagros. Ellos podían haber acumulado oro y tierra y poder, pero distribuyeron todo lo que la gente les ofrecía (Hechos de los Apóstoles 4:37, 3:6). Ellos gozaban de que se les considerara dignos de sufrir en el nombre de Jesucristo (Hechos de los apóstoles 5:41). ¿Cómo puede una persona tener tanto candor como para pensar que el papado ha continuado de tanta humildad y sencillez?
El puesto del papa es de origen pagano, no hay ni posibilidad de respaldarlo en las Sagradas Escrituras. Debido a la obra y el ministerio del Espíritu Santo, ni se necesita ni se desea la existencia de mencionado puesto.



El Sacerdocio

La iglesia católica romana enseña que  Jesucristo estableció el sacerdocio durante la Última  Cena, ordenó a los doce apóstoles, y que los poderes sacerdotales fueron legados durante los últimos dos mil años. Esta enseñanza es claramente contraria a la Palabra de Dios.

En el Antiguo Testamento la obra de Cristo fue simbolizada en su tres funciones como profeta, sacerdote y rey. La nación de Israel tenia estos tres cargos. Con la llegada de Cristo todas estas funciones se vieron cumplidas en él. Por lo tanto, en el Nuevo Testamento no hay necesidad de un sacerdocio humano encargado de sacrificios. Juan 19:30 dice: "Consumado es". 1 Timoteo 2:5 comunica: "Porque uno es  Dios, uno también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús". Hebreos 7:17 imparte: "Tú (Cristo) eres sacerdote para siempre, según el orden de Melchisedec". Hebreos 7:24 dice: "Pero éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable". Hebreros 7:25 comunica: "Él vive siempre para interceder por nosotros". Hebreos 7:27 imparte; "Él (Cristo) no tiene necesidad como los sacerdotes de ofrecer sacrificios diarios". Hebreos 9:12 dice: "realizada la redención eterna". Hebreos 10:10 dice: "... Somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una sola vez". Corintios 12:28 lee: "Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas y doctores..." Otra vez sin hacer alusión a los sacerdotes sacramentales. 1 Pedro 5:1-3 lee: "Yo, copresbitero, testigo de los sufrimientos de Cristo..." y de nuevo no se menciona nada sobre el sacerdocio.

La función sacerdotal no es la misma que la ministerial. La idea del sacerdote mediador encargado del sacrificio originó y se desarrolló bajo Cipriano, autoridad teológica del Mundo Occidental hasta los tiempos de Agustín, y formó parte de la fusión del paganismo y cristianismo. En ningún sitio de las Escrituras se puede encontrar evidencia de un sacerdocio mediador entre  Dios y el hombre a semejanza de Cristo.


La Misa

La iglesia Católica Romana enseña que la misa es el sacrificio no sangriento del cuerpo y la sangre de Jesucristo. También enseña que la misma es el mismo sacrificio como el de la Cruz. Ambas enseñanzas van en contra de las enseñanzas de Dios. Hebreos 7:27 dice: "Él (Cristo) murió una vez para siempre". Hebreos 9:11-15 comunica: "Él (Cristo) entró una vez para siempre". Hebreos 9:26 imparte: "Una vez para siempre". Hebreos 9:28 dice: "Cristo ofreció una vez". Hebreos 10:10 lee: "Una vez para siempre". Hebreos 10:11-12 imparte: "Un sacrificio por los pecados". Hebreos 10:14 lee: "Porque con una sola ofrenda". Hebreos 10:15-20 dice: "Ya no hay ofrendas para el pecado".

Si Cristo es ofrecido de nuevo por los sacerdotes como ellos sostienen, las Escrituras anteriores son mentira. Se celebran más de 100,000 misas por el mundo entero diariamente. Jesús sufre la agonía espantosa del Calvario al menos 100,000 veces cada veinticuatro horas en vez de "una vez por todas" como las Escrituras enseñan. Debemos creer lo que dicen las Escrituras. Si sinceramente amamos al Señor Jesucristo y procuramos seguir Su Palabra, no consideraremos la enseñanza de que el pan y el vino "son transformados" en el cuerpo y la sangre de Cristo y entonces presentados a Dios como sacrificio mediante el cual Dios es apaciguado y la expiación del pecado es realizada. Cuando Jesús dijo: "Este es mi cuerpo" o "sangre", Él no cambió la substancia sino explicaba que Él es quien está "representado" por el pan y el vino de la pascua de los hebreos. Jesús no dijo "esto se ha convertido o está convertido a", sino que sólo puede significar "esto representa o simboliza". Así como la pascua de los hebreos fue una conmemoración también la Comunión o la Cena del Señor es conmemoración hasta su vuelta. Al sostener la doctrina de la Transustanciación, la  Iglesia Romana se aparta del significado literal de la Escritura. Que podamos decir como el apóstol Pablo: "Porque no somos como muchos, que trafican con la palabra de Dios..." (2 Corintios 2:17).

La Justificación

La justificación es un acto divino donde Dios declara al pecador inocente de sus pecados. Es una acción legal en la que Dios declara justo al pecador, como si hubiese satisfecho la ley de Dios. Esta justificación está basada completamente en el sacrificio de Cristo al derramar Su sangre: “Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El." Romanos 5:9. La justificación es un don dado por gracia (Romanos 3:24; Tito 3:7) que viene a través de la fe (Romanos 3:28; 5:1). Los cristianos reciben a Jesús (Juan 1:12) y ponen su fe totalmente en Jesús y en lo que hizo en la cruz (Isaías 53:12; 1 Pedro 2:24) y de esa forma son justificados por Dios. La Biblia establece que la justificación no es por obras (Romanos 3:20, 28; 4:5; Efesios 2:8-9) porque nuestras justicias son "como trapo de inmundicia" delante de Dios (Isaías 64:6). Por tanto, somos salvos solo por gracia, a través de la sola fe, en la sola persona de Cristo.
Aquellos que son justificados son salvos, y la salvación es un don gratuito (Romanos 6:23), es algo que no podemos ganarnos (Efesios 2:1-10). Sin embargo, la doctrina católica romana niega la justificación solo por fe.
La iglesia católica romana niega la justificación solo por fe, entonces esto necesariamente implica que debemos hacer algo para ser justificados, porque si no es solo por la fe, entonces debe ser por la fe y algo más.
En este punto muchos católicos apelan a Santiago que dice: “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe”. Sin embargo, el contexto de Santiago es acerca de la fe muerta en lugar a la fe viva y salvadora. Santiago establece, que si una persona dice, que tiene fe pero no tiene obras (Santiago 2:14), esa fe no puede salvarle porque es una fe muerta. En otras palabras, la verdadera fe produce buenas obras, pero estas obras, no son las que salvan. Las buenas obras se llevan a cabo por el resultado de la salvación.  Por otro lado, hay una fe verdadera y real en Cristo que resulta en justificación. Cuando alguien es verdaderamente justificado, es verdaderamente salvo y justificado. Por lo tanto, los resultados de la fe verdadera y salvífica se manifiestan en una vida cambiada de aquel que ha sido justificado por la sola fe.
  • Romanos 5:1, 9: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Con mucha mas razón, habiendo sido ya justificados en su sangre, por el seremos salvos de la ira”.
  • Romanos 10:9: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”.
  • Efesios 2:8: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”.
Me desconcierta mucho leer en la teología católica una negación de la justificación solo por fe, y exige, adicionar el esfuerzo humano a la gracia de Dios para ser salvos. Por supuesto, el catolicismo niega que las obras salvan, pero se contradicen cuando enseñan que ciertas obras deben ser hechas por las personas para ser justificados, y mantener la justificación en la salvación. Ya sea que el catolicismo llame a estas obras actos de fe o no, es irrelevante. El término no cambia la sustancia. O somos salvos por la sola gracia a través de la sola fe o no lo somos.

Cristo consumó la obra en la cruz (Juan 19:30) para que yo no necesitase hacer ninguna obra para obtener, mantener o incluso recuperar mi salvación. Es por esto que la Biblia enseña que somos justificados por la fe en Cristo Jesús (Romanos 5:1).

¿Cómo podemos merecer, a través de nuestros propios esfuerzos, la inmerecida y amorosa gracia de Dios? La gracia es por definición un favor inmerecido. El tratar de obtener la gracia de Dios a través de las obras o rituales de una persona, se convierte, para mí, en una enseñanza completamente falsa. 

Decir que podemos agregar obras a la obra consumada de Cristo en la cruz, es decir que lo que Él hizo no es suficiente para salvarnos. ¡No se piense tal cosa! Somos salvos por la sola gracia a través de la sola fe; y no por gracia a través de la fe + nuestras obras. Si fuese así, entonces la gracia ya no sería gracia.








Espero que esta nota haya sido de bendición y de ayuda. Si tienes alguna pregunta acerca del tema, no dudes en dejarme un comentario y con gusto me pongo en contacto contigo.




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Comentarios

  1. Interesante, gracias por compartir hermana.

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  2. Soy Neftali Estrada en Facebook y vi que tenias un blog, Dios te bendiga y te permita publicar más! Saludos!

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